¿Un sueño o una premonición?

El otro día soñé algo muy extraño, no por el contenido del sueño, si no por la sensación que tenía. Normalmente, cuando sueño, siempre voy como "a tirones" hay cosas que no concuerdan, o que no tienen continuidad, pero en este sueño estaba como despierto, todo era increiblemente real y con todo lujo de detalles. En fin, algún día hablaré de los "lucids dreaming" y el daño psicológico que me está provocando este país... XD

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Por fin es verano. Llego a una casa como de vacaciones, pero no llevo maletas. Atravieso la puerta y tengo la sensación de que me olvido de absolutamente todo, como si no me preocupara nada.

El baño está tal y como lo dejé, me afeito, me doy una ducha y cojo del armario los pantalones de lino blancos, las chanclas y una camisa, que no llego a abrocharme. La casa no es muy grande, la cruzo en unos cuantos pasos y llego al salón. Tengo la sensación de acudir a una cita, como a un ritual que se repitiera cada año. Un escalofrío me recorre el cuerpo, por un segundo dudo, no se si seré capaz de seguir adelante, pero... abro de par en par las hojas del balcón de la terraza.

La inmensidad del mar se hace aun más sobrecogedora desde lo alto del acantilado, los últimos rayos del sol me ciegan por un instante y una brisa impetuosa y agradable me envuelve como si todo aquel paisaje me abrazase de alegría por volver a verme. Avanzo los pocos metros que me separan del borde de la terraza y me apoyo en el pasamanos blanco, abajo el mar está agitado y se pueden ver las olas rompiendo contra las rocas.

Apoyado en cuatro columnas de marmol, descansa una pérgola de madera de la que se descuelgan unas cortinas que se balancean con la brisa. Doy una vuelta para contemplar todo el conjunto y retrocedo hasta una cama, primero me siento y observo como se termina de ocultar el sol, luego me recuesto y veo que la luna empieza a aparecer.

Respiro tan hondo como puedo y suelto el aire muy despacio, cierro los ojos y vuelvo a respirar. Puedo sentir como el viento hace remolinos en mi pecho, el tacto de la sábanas tersas y limpias, el sabor del aire cargado de sal. Me aparto a un lado y extiendo la mano esperando...