21 septiembre 2008

En el ojo del huracán

Según tengo entendido, las probabilidades de sufrir algún daño en el ojo de un huracán son mínimas.

Por eso, en estos días en los que los hoteles vuelan por los aires y las embajadas son atacadas en nombre de Al Qaeda, suelo bajar al hall del edificio donde trabajo y relajarme mirando la plaquita que luce en la puerta.



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