23 agosto 2008

.·.·.·. YEMEN .·.·.·. 23 julio - 2 agosto (Parte 5)

Mukallah

Por fin llegamos a la costa!

Mukallah es la capital de Hadramut. Es una ciudad bastante grande, moderna y... sucia. Si te das un paseo por el corniche puedes ver montones de basura que se acumulan en las esquinas y en algunos puntos, el olor se hace insoportable por el agua en putrefacción acumulada.

Lo dicho, a este país le hace falta una inyección fuerte de dinero.

Es curioso, porque hablando con Mutya y Norma, me comentaban que a ellas no les parecía tan mal la cosa, decían: "Tenías que haber visto la de mierda que hay en Afganistan...". Después de la primera noche, sus comentarios sobre Mukallah se tornaron un poco más radicales, cuando un camarero se dedicó a observar a Norma en el servicio a través de un agujerito que había en la puerta.

Por la mañana nos acercamos al mercado del pescado y al mercado de la fruta.

Aquí nos dimos cuenta de la cantidad de somalíes que hay en Yemen.

Prácticamente el 50% de la gente que veíamos era africana.

El mercado de la fruta era más interesante. Por primera vez vi a una mujer trabajando de cara al público, y con lo de "cara al público" me refiero también a que llevaba la cara descubierta.

Nos hicimos con algo de fruta para el viaje a Bir Ali...


...y conocimos al abuelo de Simbad "El Marino".


Bir Ali

Y por fin llegamos a Bir Ali. A ver, como describir Bir Ali. Hay que juntar:

- La playa de arena más fina que jamás hayas visto.

- Las aguas más cristalinas, limpias y azules. Repletas de peces, cangrejos,... Y ni fría ni caliente, del tiempo, vamos.

- Puestas de sol impresionantes.

- Y absolutamente nadie.

Ahí lo tienes. Es como estar en una isla paradisiaca. Bueno también es cierto que habría estado mejor con un par de palmeras.

Los encargados de la playa, la repasan cada día de arriba abajo para que no haya nada de basura. Lo bueno (o lo malo, según se mire) es que no hay ningún hotel, hay que dormir en una especie de cabañas de barro y cañas. Bueno, nosotros nos acostamos al raso, en unas amacas que hay hechas de caña. A media noche nos despertamos y nos dimos una vuelta por la playa, la marea había bajado tanto, que el rompeolas se había desplazado unos 200 metros, todo el suelo de la playa estaba lleno de plancton y cuando pisabas la arena se iluminaba, así que al caminar dejabas una estela fluorescente.

A la mañana siguiente, volvimos a Mukallah, me despedí de Norma y Mutya, porque ellas se iban para Socotra. Cogí el avión de vuelta para Saná y un día después, de vuelta a Riad.

Y se acabó la aventura Yemení.

No importa el lugar de la tierra media en el que esté, lo lejos, lo arduo del terreno, lo cansado, desanimado o hundido, yo jamás dejaré de buscar...

...al hombre más feo de Oriente Medio. Y bueno, aquí tenemos a un hombre curioso cuanto menos, en lo negruzco y en las gafas, así que se ha ganado el título de hombre más feo de Yemen, que competirá en la batalla final.

Y así como dato curioso, solo me queda comentar que conocí al Constantino Romero de Yemen, pero no me atreví a pedirle un autógrafo.

3 comentarios:

Óscar dijo...

A mi no me parece tan feo, y ademñas creo que su colega se parece bastante al padre de moya...

-=Tekena=- dijo...

Yo flipo como has conseguido salir con vida de ahí, eso sí, te has pegado un viaje de cojones.
Yo que tú vendería el reportaje a una de esas revistas de viajes para pijiprogres.
PD:
Yo te hago de maestro de ceremonias de lo que sea, siempre y cuando lo hagas en tu tierra y no en el culo del mundo.

Esmeralda Álvarez dijo...

Y a tu puta madre Oscar!!
Por lo visto ha estado de muerte. Si vuelves, me avisas que esta vez sí que voy...