29 agosto 2008

.·.·.·. OMÁN .·.·.·. 6 - 15 agosto (Parte 3)

MASCATE - SUR - MASCATE

Esta es la segunda de las "escapaditas", pero como es una señora escapadita, la dividiré en tres trozos.

TRAMO A: Mascate - Salmah plateau

Esta vez venía con la lección aprendida, así que me fui al Carrefour y me compré una cama plegable, una nevera portátil y comida como para 8.

La carretera Mascate - Sur, está aun en construcción, es una autovía muy parecida a la autovía de la costa del sol, es decir, transcurre por la costa, pero por un terreno bastante escarpado, así que está cortada en muchos tramos, en los que hay que tomar desvíos. Lo más divertido es que algunos no están indicados, así que de pronto la carretera se acaba sin más... Es especialmente interesante cuando circulas de noche.

Debido a estas montañas, puedes encontrar muchas rutas interesantes, repletas de Wadis y caminos ideales para practicar Off Road.

Si hubiera ido en línea recta a Sur, habría tardado unas cuantas horas en llegar, pero lo interesante fue abandonar la carretera principal para meterme en esos Wadis.

Por falta de tiempo, no pude meter todas las rutas en el GPS, pero como tenía el libro pues probé suerte en Wadi Dayqah, evidentemente terminé perdido.

Las primeras indicaciones fueron sencillas, así que pude seguir el camino sin problema.

Atentos a las cabras!! Parecen viejecicos tomando el fresco.

Pero me encontré con un imponderable. Estaban construyendo una presa y cambiaron el recorrido de todas las carreteras cercanas. Así que me encontré ante una barrera... Curiosa la forma de llamar a la seguridad...

...vamos, lo mismito que en Arabia, donde ya llevamos 50 muertos en la construcción solo por golpes de calor, aunque el gobierno Saudí no lo reconozca.

Me bajé del coche para preguntarle al guarda de la barrera como llegar al pueblo que estaba buscando. Un Sr. indio, con sus característicos movimientos de cabeza, sonrisa perpetua y alergia a reconocer su ignorancia, me indicó que el pueblo "había desaparecido". Toma ya!!! Que estaban construyendo una presa y que todo se iba a inundar.

Hace un par de meses habría dado la vuelta y me habría largado por donde vine, pero estaba claro, el indio mentía como un indio, no le culpo, lo lleva en los genes, pero como buen occidental, ejerzo mi derecho a cagarme en sus muertos.

Me retiré un poco y encontré la forma de burlar la seguridad, hasta que me encontré en mitad de la obra...

...y rodeado de camiones de millones de toneladas que me dejaron el coche cubierto de una capa de barro de 5 cm.

Después de una hora dando vueltas, encontré una salida que llevaba al pueblo. Demostrado, el indio mentía.

Al alejarme de la presa pasé por un desierto que era mitad negro y mitad rojo.

A un lado de la carretera había tierra roja y al otro un montón de piedras de origen metálico, que al oxidarse se habían quedado negras.

Por fin llegué al pueblo de As Suwayh.

Que está repleto de pozas y trampolines naturales...

...y burros.

Por fin encontré algo de agua.

...aunque no demasiada. Me di un bañito para combatir la temperatura y la humedad y me preparé un par de bocatas de pollo, pavo, queso y tomate. Como un señor!!! Pero la tranquilidad me duró poco.

Fui víctima del ataque de las avispas asesinas. Que me hicieron levantar el campamento y dieron buena cuenta del pollo y el pavo.

Es que no es para andarse con tonterías, esta especie de avispa solo habita en Omán y se la conoce como la avispa-rinoceronte, con su más de metro y medio de envergadura ha azotado esta región durante siglos, mermando la población de las localidades cercanas. Es costumbre que se ofrezca al primer bebé nacido durante Ramadan como ofrenda-sacrificio para tener contentas a las avispas.

Para volver al coche sin perderme, seguí el Falach que se dirige al pueblo.

Algunos están reconstruidos.


Pero otros pueden llegar a tener unos 2.000 años. Bueno, pues incluso siguiendo la ruta y todo, me encontré en mitad de un huerto del que no había forma humana de salir.

Por suerte me encontré con un agricultor muy majo y su señora, que estaban ahí haciendo cosas de agricultores. El tío, cuando me vio la cara de pardo que traía se levantó y apenas sin mediar palabra me agarró de la mano para mostrarme el camino.

Yo estaba hecho una mierda, sudado y apenas podía dar un paso. El colega iba descalzo y se movía por aquel sitio como si fuera el salón de su casa.

Por fin llegué al pueblo. Entre que me cambiaba de camiseta y me preparaba para enganchar otra vez el camino de vuelta a la costa, una señora se acercó al pozo a por agua. Así que le ofrecí unas oreo y charlamos un rato, bueno, algo breve porque apenas si me entendía, pero parece que las oreo le gustaron, porque se comió paquete y medio (de oreo, me refiero).

De nuevo en la costa continué dirección Sur, pero en el libro mencionaban que había una sima cercana. Cuando llegué ya estaba anocheciendo.

Está rodeada por un recinto a modo de parque, con sus palmeritas, mesas para comer...

...y un poco más adelante te encuentras con esta maravilla. Dibab Sink Hole. Los más aventureros saltan desde lo alto, una caída de más de 20 metros!! Pero no hay problema con tocar el fondo, según dicen, han intentado explorar la cavidad sin llegar hasta la base, es más, está repleta de cavidades.

La verdad es que da un poco de grima meterse en el agua, y más siendo de noche. Además, los pececillos que había empezaron a morderme en las heridas de las picaduras de mosquito...

Siendo ya noche cerrada, aun no tenía ni idea de donde iba a dormir. No había ni un solo hotel hasta llegar a Sur, tampoco había campings.

Conforme salí del agujero me vino todo el bochorno del calor y la humedad, así que pensé: "Que coño, esta noche duermo fresquito", y me volví a meter en la montaña, hacia la meseta de Salmah.


TRAMO B: Salmah plateau - Sur - Ras Al Jinz

Dormir fresquito!!! Que gran idea... O no.

La carretera de Salmah te lleva de los 150 metros a los 1.300 metros en menos de 5 Km (en línea recta), lo que se traduce en: curvas, pendientes, pendientes encorvadas y curvas enpendientadas; y la carretera no es... bueno, por no ser, no es ni carretera, es un camino de cabras ancho, con cemento en algunos cachos. Si a todo eso le sumamos que ya era de noche,el espectáculo está garantizado. O nunca se sabe, dicen que la ignorancia es la felicidad, tal vez me atreví a subir, porque gracias a la oscuridad no veía los barrancos.

En cualquier caso se consiguió el objetivo, al llegar a la cima tan solo hay 21 graditos y sopla un viento cojonudo que evita que haya mosquitos, así que cené un poquito y a la cama, bueno, a la camilla...

Es la primera vez que duermo completamente solo (en un curso de supervivencia que hicimos, dormimos solos en el campo, pero sabías que a menos de 15 metros tenías a alguien), así que me costó un poquito cerrar el ojo, coño, hasta eché de menos tener cerca a los pakis y sus incubadoras... Pero por otra parte, menudo espectáculo!! Es sensacional tener el cielo a tus pies.

Antes de las 5 de la mañana ya comienza a clarear. La noche no ha sido demasiado mala, al final pasé hasta frío, pero lo peor fue cuando cesó el viento, los mosquitos volvieron a hacer de las suyas.

Cuando me acosté, no tenía ni idea de lo que había a mi alrrededor. Esto fue lo que me encontré al amanecer.

Nada...

Una llanura completamente desierta...

Después de recoger el campamento (bueno, vale, la camilla y la toalla), desayunar (como un señor) y en fin, lo típico, enganché otra vez el coche. Tenía que atravesar toda la meseta para volver a (re)encontrar la carretera.

En el camino me encontré un par de pueblos de cabreros. También pasé por la entrada de una cueva que indicaba el libro, según dice, en su interior caben 4 aviones tipo 747, pero para variar, instalaron un campamento militar, así que no pude pasar. De todas formas no llevaba equipo, así que no me habría arriesgado, o sí?

En el punto más alto de la meseta se puede ver toda la carretera como si fuera un dragón gigante serpenteando por la llanura.

Las llanuras son geniales, porque puedes darle caña al coche, algunos tramos son dignos de un rallye.

Y después a volver a bajar. Es una lástima que no pueda comparar las vistas de la subida y las de la bajada, pero puedo asegurar que la bajada es igual de acojonante.

Curvas de 180º. Para el que sea de Granada, podría hacer una comparación con "la hermita de los ¿siete? Juanes" (nunca me acuerdo si son tres o siete). Bueno, pues es como las curvas de la hermita, pero... que coño, no tienen nada que ver, las curvas de la hermita son una autovía comparado con esto.

Hasta que por fin llegas a la línea de la costa... Por desgracia, ese día hacía bastante bruma...

...y no se vió bien la línea de la costa hasta estar prácticamente encima de ella.

Como me puse en marcha tan temprano, resultó que me encontré otra vez en la costa muy pronto, así que antes de encarar definitivamente hacia Sur, decidí hacer la última incursión en la montaña.

Wadi Tiwi: Según decía el libro, este sitio tenía las carreteras de Off Road más icomplicadas e inaccesibles.

Yo me quedo más bien con las vistas. Preciosos ríos y lagos.

Lo que más me gustó fueron las zonas de "jungla", bueno...

..realmente no eran una jungla, pero a veces te daba la sensación de estar rodeado de charlies.


Yo no se si será porque ya llevaba 4 días metido dentro de un coche o porque ya me había recorrido los caminos más chungos y polvorientos, pero el caso es que tampoco me impresinó tanto. Hasta que llegué a Mibam, un pueblo que está justo al lado de una pared vertical de unos 500 metros y un barranco que prácticamente se les viene encima. Estaban arreglando la carretera por desprendimientos y pasé por un sitio que era más estrecho que el ancho del coche, así que me pusieron un par de piedras para apuntalar... En fin, pa habernos matao. Es acojonante como vive esta gente, están acostumbrados a pasar por ahí todos los días y no le dan mayor importancia, a mi se me pusieron de corbata.

De vuelta a la costa, por fin llegué a Sur. Dios que calor!!!! Nada más salir del coche parecía una lata de coca cola recién sacada del frigo, tenía los brazos llenos de burbujitas de agua, bueno, de sudor.

La parte antigua de Sur parecía sacada de un cuento de piratas. Con las barcas de pesca...

...el faro...

... la bagía con los barcos y el castillo...

...y este bicho, que me hizo coña y le tiré una foto.

Comí en Sur, preparé la ruta para el día siguiente y me fui a Ras Al Jinz, que es dónde me iba a quedar a domir, y como es un complejo, pues quería llegar temprano para asegurarme que tendría un sitio donde dormir.

TRAMO C: Ras Al Jinz - Mascate y se acabó

Ras al jinz es una reserva natural de tortugas verdes. Están construyendo un complejo para atraer el turismo, pero aun no lo han abierto. Por ahora, por 4 riales (7 y pico euros), te dejan dormir en una especia de kioscos (pero tú tienes que llevar tu saco, cama o lo que sea). El precio incluye una visita nocturna a la playa para ver la puesta de huevos y una visita diurna para verlos eclosionar.

La playa de Ras Al Jinz me recordó mucho a Bir Ali en Yemen, pero de arena más oscura.

Es curioso como poco a poco me ha cambiado la forma de ver las cosas. Hace unos meses se me habrían caído los huevos al suelo de ver una playa como esta, ahora no deja de impresionarme, pero hasta me parece pequeña.

En uno de los extremos de la playa hay como un acantilado formado por arena compacta y sal.

Tan compacta, tan compacta que se puede subir con el coche sin problema, pero por debajo está llena de agujeros.

Por fin llegó la noche y nos acercamos a ver a las tortugas. Me partía con el guía, "Ali", porque sabía algo de italiano, pero era Árabe, hablando italiano con acento inglés... Un show!! Esa noche pude hablar con un grupo de italianos que estaban haciendo el mismo recorrido que yo, pero en sentido inverso.

Aquí están las protagonistas. Las tortugas verdes. Con más de 100 kilos de peso y alguna pueden llegar a tener 150 años. Cuando son bebés viajan a distancias tan alejadas como Australia, y cuando se hacen mayores vuelven ¡¡a la misma playa!! para criar... ¿Cómo se acordarán de donde está? A ver, es como si te dicen a tí: ¿sabría usted volver al quirófano en el que le trajeron al mundo???

Pero si no me acuerdo de lo que comí ayer!!! Coño, como me voy a acordar, si no comí, porque estamos en el puto Ramadan!!!!

Por desagracia me quedé dormido y no pude ver a las tortugas surgiendo debajo de la arena y correteando hasta el rompeolas. Pero tengo excusa. Por la noche hacía un viento de cojones, así que me metí un poco tierra adentro para refugiarme, cuando estaba dormido me despertó un resoplido un la cara, resulta que un camello macho solitario y curioso, paareció de la nada y me confundió con un arbusto y empezó a mordisquearme la toalla. Dios que bicho más grande!! Luego desapareció entre las dunas. Creo que se asustó él más que yo. Imagina que te estás comiendo una lechuga y empieza a hablarte...

Cuando vi la luz del sol quería morirme, así que me di media vuelta y me levanté a las tantas. A las 10:00 +/- me preparé para la última etapa.

El desierto.

En cuanto te retiras de la línea de la costa o de las montañas, te encuentras con esto...

Gran parte de la superficie de Omán, es desierto. El desierto de Rub Al Jali (literalemente "lugar vacío"), el desierto de dunas más grande del mundo. Es compartido por Omán con Arabia, Emiratos y Yemen. En total tiene 650.000 Km cuadrados, 150.000 Km cuadrados mayor que la superficie de España.

Pues eso, un sitio grande de cojones. Aquí, el gancho de las inmobiliarias es "Su casa en un lugar espacioso y soleado"...

La recta de la foto anterior tiene unos 150 Km de largo.

Recuerdo que cuando tenía 11 años ponían en la tele un anuncio de Citroen, y se veía un coche a toda velocidad recorriendo el desierto. Ya puedo tachar una cosa de la "lista de cosas por hacer".

Pero en cuanto te sales del carril, te encuentras con dunas de arena por las que el coche no puede avanzar. Aunque suene raro, prefiero el calor del desierto, puedes estar a 50 o 55 grados sin demasiado problema, la cuestión es taparse, que no te de el sol directamente en la piel. La ventaja es que en un clima tan seco, apenas sudas, porque no hay humedad, así que la sensación no es tan sofocante como en la costa.

Y en medio de la nada, aparecen los camellos...

...de dónde vendrán? A dónde pretenden llegar? Admiro su paciencia y su forma de existencia. Se conforman con nada y tienen la sangre de horchata. Supongo que en otra vida fui camello y aun me queda algo.


Cuando por fin llegué a... ninguna parte me di la vuelta. Bueno, realmente volví cuando me di cuenta de que estaba solo y no había nada más que arena y camellos en 50 km a la redonda.

De vuelta a Mascate me iba dando tortazos para no quedarme dormido, así que no me quedó otra que para a echar una siesta.

Ya solo quedaba Salalah...